Cuando la prensa deportiva menciona una recalificación, siempre toma el ejemplo del Real Madrid, que suele monopolizar este tipo de debates. Muy raramente o casi nunca, por omisión o desconocimiento, los periodistas aluden a las numerosas recalificaciones que obtuvieron el Fútbol Club Barcelona o el Atlético de Madrid. En el este artículo de Fútbolgate, analizaremos los "pelotazos" que concedieron al equipo catalán.
Recalificar significa cambiar la calificación urbanística de un terreno, y por lo tanto recalificar un terreno, es convertirlo en legalmente válido para edificar y darle otro valor o uso. En el mundo del balompié, una recalificación casi siempre consiste en convertir terrenos de uso exclusivo para la práctica del deporte en terrenos edificables y de esa manera, poder venderlos a precios muy superiores a los que costaron. Es una operación compleja, en la que se necesita toda una serie de permisos urbanísticos, además del acuerdo del ayuntamiento, vecinos etc.
Los buenos resultados deportivos del club azulgrana y el efecto Kubala, líder de un equipo ganador, hizo necesario ampliar el campo de Les Corts o construir un nuevo estadio.
La ciudad de Barcelona autorizó la primera recalificación al equipo catalán en 1951. Acordaron cambiar unos terrenos entre la Riera Blanca y la calle de la Maternidad por otros situados en la zona terminal de la Diagonal.
Según el historiador y periodista Justo Conde, la compraventa de estos solares se hizo sobre precio impuesto por el Ayuntamiento y bajo amenaza de expropiación. Uno de los desalojados había expresado en prensa que confiaba en que el Barça les proporcionaría otro lugar donde vivir. La revista oficial 'Barça' señalaría años después "se les dio mejor habitación" sin más precisiones...
El gobernador civil, ordenó años más tarde, el desalojo por la fuerza de los terrenos que ocupaban los arrendatarios legales y las chabolas de inmigrantes para que se pudieran comenzar las obras del campo.
Gracias a la intervención del entonces gobernador civil, Felipe Acedo Colunga y a la recalificación de los terrenos, el equipo de la ciudad Condal pudo empezar la construcción del Camp Nou unos años después.
General y fiscal del Ejército de Ocupación, gobernador civil de Barcelona entre 1951 y 1960, fue uno de los personajes más siniestros de la dictadura. Algunos historiadores le ven como uno de los cerebros más extremistas del régimen franquista.
Este fue el discurso del presidente del Barça, Francesc Miró-Sans, en la asamblea general de socios celebrada el 11 de junio de 1955, dedicado a Felipe Acedo Colunga.
"Conviene decir que no todos los terrenos adquiridos están totalmente libres y a nuestra disposición, puesto que se está desalojando a los arrendatarios y meros ocupantes allí establecidos. A tal efecto hay que hacer constar nuestro más profundo agradecimiento al excelentísimo Gobernador Civil, don Felipe Acedo Colunga, que, siempre ha atendido todo cuanto redunda en la grandeza de Barcelona, se ha percatado perfectamente desde el primer momento de la monumentalidad de nuestros proyectos y les ha prestado siempre el más cariñoso y entusiasta apoyo..."
En otras palabras, el Fútbol Club Barcelona obtuvo los permisos para su primera recalificación y la autorización para construir el Camp Nou, gracias a la intervención de unos de los generales más radicales de la guerra civil.
Él Barça le entregó la insignia de oro y brillantes del club, en octubre de 1952, apenas un años después de que fuese nombrado gobernador civil.
El 28 de marzo de 1954, ante una multitud de 60.000 barcelonistas, se colocó la primera piedra del Camp Nou, bajo la presidencia del gobernador civil Felipe Acedo Colunga.
Solo unas semanas antes de confirmarse la recalificación, concretamente en mayo de 1951, Franco fue condecorado por el Barcelona con la insignia de oro y brillantes del club. El jefe del Estado y el gobernador civil, se veían así condecorados por el equipo catalán poco tiempo antes y después que el club obtuviera los permisos urbanísticos.
El 26 de noviembre de 1952, la directiva del Barcelona visitó a Franco. Este, según La Vanguardia, "se interesó, en particular, por el proyecto de edificación del nuevo Estadio que el C. de F. Barcelona tiene en vías de realización". Entre los regalos que se llevaron al Generalísimo estaba una pequeña maqueta en plata del futuro estadio.
El precio de la obra del Camp Nou excedió bastante a los casi 67 millones de pesetas previstos y a principios de los años sesenta, el Barcelona estaba ahogado por una deuda de más de 250 millones. El viejo Las Corts seguía en pie y su venta era la solución, pero su calificación urbanística era de zona verde privada: era precisa una recalificación para que pudiera ser vendida como urbanizable.
En 1962, el presidente azulgrana Enric Llaudet, se entrevistó con el alcalde Josep Maria Porcioles. El prestigioso historiador, Bernardo Salazar, cuenta "que en los meses siguientes hubo presiones de todo tipo" hasta conseguir la ansiada venta de los terrenos.
Porcioles tuvo también que convencer a asociaciones opuestas a la operación, hasta que el pleno municipal aprobó la segunda recalificación, pese a las protestas vecinales. El Fútbol Club Barcelona cedió al ayuntamiento mil metros cuadrados y premió a Josep Maria Porcioles por los servicios prestados, nombrándolo socio de honor.
Solo unos meses antes de que se aprobara la recalificación, el equipo catalán visitó y cumplimentó al general Franco.
Los terrenos de Les Corts fueron vendidos al estado, y de alguna manera, podemos afirmar que Franco ayudó y mucho, al Fútbol Club Barcelona. El periodista colchonero, Bernardo Salazar, uno de los historiadores referentes del fútbol español, titulo "Franco acabó con la deuda del Barça" en su artículo publicado en el diario As.
En la siguiente foto podemos observar al entonces presidente azulgrana, Enric Llaudet, con el talón en la mano que sirvió para saldar la deuda económica del Fútbol Club Barcelona.
Solo tres años más tarde, el equipo catalán iba a gozar de una nueva recalificación. Concretamente, en septiembre de 1965, cuando el directivo del Fútbol Club Barcelona y futuro delegado nacional de deportes, Joan Gich, consiguió la luz verde del Consejo de Ministros gracias a su amistad con Torcuato Fernández-Miranda.
En el Boletín del Estado se publicó el decreto por el que se aprobaba una tercera recalificación a favor del Barça. El propio Franco firmó el documento. Unos 200 millones fueron directamente a las cajas del Fútbol Club Barcelona. Torcuato Fernández-Miranda, jurista, político influyente y futuro presidente del Consejo de Ministros, fue nombrado socio de honor por el equipo azulgrana.
A continuación, una copia del Boletín oficial del Estado número 228, fechado el 23 de septiembre de 1965. "Se aprueba el cambio de uso de una zona verde del Plan Parcial de Ordenación Urbana de la Zona Norte..." firmado por el mismísimo Generalísimo.
Menos de un año después, en julio de 1966, el presidente del Barça acompañado de su junta directiva y del primer equipo, visitaron al dictador además de regalarle una estatua. Enrique Llaudet, dedicó al Caudillo una extensa carta donde le agradeció el apoyo transmitido al equipo catalán y más particularmente, por la recalificación.
A continuación, extracto del discurso del presidente del equipo catalán en la revista "Barça" n° 556, página 3 del 13 de julio de 1966.
"Hoy, gracias al apoyo que nos habéis prestado y que culminó con el Decreto de reconversión de los terrenos de Las Corts, el C. de F. Barcelona se siente orgulloso y, al mismo tiempo, consciente de la responsabilidad adquirida, al ser el Club más fuerte de esta tierra catalana, a la que tan constante ayuda venís ofreciendo en todos los órdenes. Al tiempo que os rinde tributo de gratitud por vuestra comprensión y ayuda, os hace presente, señor, su adhesión, la de sus 60.000 socios, la de sus millones de simpatizantes y os asegura que continuará en su trabajo para mejor servir también, leal y abiertamente a la patria. Y, como recuerdo de todo cuanto antecede ruego os dignéis a aceptar este obsequio, réplica de la estatua ecuestre que figura en el patio de armas del Castillo de Montjuic, obra del escultor Viladomat, que me permito haceros en nombre del Consejo Directivo y de todos los señores socios.En el mismo va el agradecimiento del C. de F. Barcelona a vuestra labor y la lealtad a vuestra persona.”
Veamos más en detalle los hombres claves de las tres primeras recalificaciones del Barça. Presiones, influencias, amiguetes y "regalos". Al contrario de los que algunos periodistas afirman, el club catalán "cultivó" excelentes relaciones con las instituciones.
Entre los principales protagonistas, no podemos dejar atrás al principal responsable, Francisco Franco.
En 1970, el Fútbol Club Barcelona recibió nuevamente dinero del estado, pero esta vez sin tener que ceder terrenos. Efectivamente, no fue una recalificación ni una venta de terrenos sino simplemente un regalo del Régimen. Franco otorgó al Barça una subvención a fondo perdido de unos 45 millones de pesetas para su complejo polideportivo.
Más detalle en el siguiente archivo de la revista " Barça" n° 767 fechada del 28 de julio de 1970. Página 17.
Miremos de más cerca la última parte del mencionado artículo:
Joan Gich, ex directivo del Barça y entonces ministro de Franco, que hemos mencionado ya precedentemente, fue una vez más decisivo.
El Fútbol Club Barcelona recibió cientos de millones de pesetas y favores urbanísticos del estado hasta en cuatro ocasiones durante los 38 años de la dictadura.
Desde entonces y hasta hoy en día, el Barça sigue cultivando las buenas relaciones con las diferentes instituciones para el beneficio del club.
El equipo de la ciudad condal ha iniciado recientemente el proyecto de transformación de todas las instalaciones que el FC Barcelona tiene en el barrio de Les Corts, con la remodelación integral del Camp Nou, la construcción de un nuevo Palau Blaugrana, de un Campus Barça, la reordenación urbana de los alrededores del Estadio y la construcción ya terminada del Estadio Johan Cruyff.
Grandes empresarios, dirigentes políticos, magistrados y otros personajes del poder se han dejado ver por las localidades más privilegiadas del estadio del Barça. El palco de honor del Camp Nou se ha convertido en el máximo símbolo de las relaciones del poder en Cataluña, pero también de España, pero esta es otra historia...